SONETO
Noches
oscuras y días sin brillo
las lágrimas
inundaban sus ojos
de tanto
llorar se volvieron rojos
todo el
tiempo miraba su anillo.
Sola se
sentía en el castillo
sus soldados
no eran nada cojos
pero ella
contrató a quince brujos
por miedo
tenía un lobillo.
Esperando
noticias de la guerra
mientras
esperaba un barco velero
sus militares
estaban en tierra.
Sus espadas
rompían el acero
a los
perdedores se los destierra,
su sangre se
deshecha en el Ebro.